El
Obispo de la Prelatura de Yauyos, Cañete y Huarochirí Mns. Ricardo García y
García inaugurará el templo “Santo Toribio de Mogrovejo” el 4 de julio del
presente año. En la Colonia, Viñac fue cabeza de Doctrina de la zona sur de
Yauyos que perteneció a la Diócesis de Ayacucho y a la Arquidiócesis de Cusco,
por esta razón los clérigos llegaban de ese lugar en las Fiestas Patronales,
para celebrar la Santa Misa y unir a las personas que vivían en concubinato
procreando hijos bastardos, felizmente fue derogada por una ley pero todavía
vigente en los EE.UU.
El
templo de Viñac era una reliquia invalorable, una joya inapreciable construida
en la Colonia a partir de los años de 1575 después de la “Extirpación de
Idolatría” que destruyó el adoratorio La ciudad preinka estuvo asentada en
“Wiñaqcancha” a media hora del pueblo donde quedan restos de centros
ceremoniales, andenes y canales de regadío; los conquistadores ordenaron
transportar las piedras talladas para construir el templo “Santiago”. Al ser
destruidas la antigua iglesia el 2007 los pobladores se apoderó de ellas
haciéndolas desaparecer como recuerdo.
Del
nombre de “Wiñaqcancha”, proviene “Wiñaq” que quiere decir que crece. Y con el
transcurso de los años lo transformó en el actual nombre: Viñac. Los españoles
al fundar la ciudad dejó como evidencia sus rectas calles horizontales y
verticales, su templo, su Plaza de Armas y su cabildo ubicado en el lugar donde
el maestro Germán Caro Ríos ordenó la construcción del otrora Centro Escolar N°
470, durante el 1° Gobierno del Presidente el Dr. Manuel Prado Ugarteche.
Hoy
la iglesia ha vuelto a renacer como el ave fénix de sus cenizas y de nuevo
podemos sentirnos orgullosos. La historia nos relata, de sus torres se observó
la llegada de las tropas del General español Canterác que huía de Lima con
rumbo al valle del Mantaro. En 1834 Luis José de Orbegoso Presidente del Perú
organizó en Viñac una guerrilla de 200 hombres, para perseguir a Agustín
Gamarra que se levantó en Ayacucho contra el orden jurídico Finalmente en 1882
la llegada de los invasores chilenos, que convirtió el templo como caballeriza
de sus animales.
Agradecer
a las Madres del Convento de Viñac, especialmente a Sor Susana quien recolectó
dinero de todas partes para que la iglesia se haya concluido; de igual manera
al Monseñor Ricardo García García, Obispo de la Prelatura de Yauyos, Huarochirí
y Cañete. A todos que colaboraron nuestras infinitas gracias.
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