Alarma. Nueve provincias limeñas declaradas en emergencia por la furia de la naturaleza. Pobladores que lo perdieron todo piden ayuda al gobierno. La crecida del río Huantán dejó más de 100 damnificados y 25 viviendas afectadas.
Jorge Cerda (La República)
Enviado especial a Huantán
A 300 kilómetros de Lima, rodeado de cerros verdes y atravesados por un río enorme en forma de serpiente se encuentra el humilde pueblo de Huantán, en la provincia de Yauyos, que ha quedado aislado debido a las fuertes lluvias y huaicos. Hoy sus más de 800 habitantes viven aterrados pues sus sembríos, casas, calles, puentes y sus dos únicas vías de acceso a otros poblados han sido destruidas por las inclemencias de la naturaleza.
"Papito, el agua llegaba hasta mi pecho. Lo he perdido todo. No sé qué voy hacer", cuenta derramando unas lágrimas, Maximila Rivera Pascual, mientras observa los escombros de su vivienda. A sus 78 años logró escapar de la muerte cuando el río, llamado también Huantán, arrasaba parte de la avenida Perú y se tragaba dos puentes y 5 casas. "Ay, hijito, apenas pude salir y cruzar el puente antes de que se caiga todo, hasta mi refrigeradora se ha llevado el río", repetía la humilde anciana.
A unos pasos de ella se encuentra Armando Huayuyo Mattos (76), quien perdió el local de su comedor en un instante. Ingresó al río para rescatar al menos unas calaminas de su propiedad. “Hay que salir adelante, no queda otra”, dice mirando el vacío. Otras diez viviendas quedaron derruidas tras las lluvias inclementes y el desborde del río registrado el martes último.
Viven aterrados
Según la Municipalidad de Huantán, se calcula más de 100 familias damnificadas, 25 viviendas afectadas y 10 destruidas. "La mayoría vive de la agricultura y la ganadería. Estamos tratando por todos los medios de conseguir ayuda", explica el regidor de Huantán Landelino Gerónimo Palomino.
Empero la demora en ayuda y el pánico se apodera de los comuneros. "El martes se cayeron varias casas y dos puentes. Recién el sábado han traído algo de ayuda (el gobierno regional llevó víveres, colchones y medicinas). No puede ser. Vivimos en peligro. En cualquier momento el río va a crecer más y vamos a desaparecer del mapa", comentaba nerviosa Maura Vicente Flores (72). Ella y sus tres hijas viven por el momento en un pequeño cuarto que les brindó una vecina.
"Nuestro hogar no cayó, pero la lluvia se llevó alimentos, ollas y lo que sembramos. Tal vez estamos pagando porque ahora el hombre destruye a la naturaleza", manifiesta Maura, quien se muestra asustada al igual que todos sus vecinos que viven al borde de la ribera. "Hace tiempo que las autoridades debieron reforzar con rocas la defensa del río, ahora también estamos incomunicados con el resto de pueblos. No tenemos luz ni agua potable y los alimentos empiezan a escasear", expresa molesta Felicita Alcántara Meneses (48), tras comprar con 5 soles un kilo de azúcar que debería costar solo 3.
Aislados del resto
En Huantán no solo están en riesgo las pocas casas y el único puente que queda en pie, también los pobladores están incomunicados con los demás pueblos de la zona. Los huaicos han cerrado y destruido partes de sus dos únicas vías, una que va hacia Cañete y otra a Huancayo. "Para llegar acá desde el pueblo más cercano (Tingo-Huantán) son casi 5 horas a pie", comenta don Alberto Zacarías Huamanlazo (66), quien también se quedó sin casa. "Solo con trabajo seguiremos adelante", dice confiado.
En tanto, en Catahuasi, otro pueblo de Yauyos, el puente se partió en dos y la gente cruza sobre unos troncos. Personal de PROVÍAS trata de reparar el desastre y se alistan para ir a Huantán. Yauyos y las otras provincias limeñas Barranca, Canta, Cañete, Cajatambo, Huaral, Huarochirí, Huaura, Oyón, han sido declaradas en emergencia. Las comunidades piden ayuda urgente.
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