lunes, 16 de febrero de 2015

Miraflores rescata la cultura viva en sus técnicas de labranza para adaptarse al cambio climático

La gestión comunal de praderas nativas y el mejoramiento de la infraestructura hídrica ancestral son medidas de adaptación al cambio climático basada en ecosistemas que están empezando a realizar en el distrito de Miraflores, ubicado en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas. El fortalecimiento de las instituciones y capacidades comunales para el manejo de agua, pastos y ganado, la reutilización de la infraestructura ancestral, así como el incremento de la productividad y rendimiento del ganado, son algunos de los beneficios en la población de la zona a mediano y largo plazo.
Junto a Tanta, Vitis, Huancaya, Alis, Laraos, Tomas y Carania, Miraflores es un distrito que también forma parte de la Reserva Paisajística Nor Yauyos en el departamento de Lima. Se trata de un pueblo enclavado en zona montañosa donde predominan los pastos de puna, las cactáceas y quinuales. Los nevados Cotuní y Ancovilca, la laguna de Omán y otros tantos Apus se encuentran dispersos en este lugar donde apenas se oye el susurro de las aguas y, a lo lejos, el eco de los comuneros que vuelven de la faena diaria.
La plaza guarda la misma quietud. Mauro Crispín Martínez nos recibe con la serenidad de sus 78 años. “La gente no cree que tengo mi edad. Los hombres y mujeres de mi generación y la anterior, que viajaron a Lima buscando oportunidades, han fallecido en su mayoría”, dice. “Yo estoy bien porque vivo aquí y me alimento naturalmente: como papa nativa regada con lluvia, y ocas y mashuas, que son excelentes para los riñones”. Don Mauro nos comenta que los comuneros se encuentran en faena, por ello el pueblo se siente un poco vacío. Mientras esperamos su regreso, damos un paseo para conocer un poco más de Miraflores.
Avelinda Ravichagua Lázaro, la “Tía Avicha”, tiene un hospedaje en el que prepara comida al viajero. Su esposo Lauro, de 73 años, cuenta que este territorio se llamaba antes Cochapampa y que el ingeniero que vino a realizar el trazo urbano del pueblo vivía en el distrito costero de Miraflores, por ello bautizó así esta zona de la Lima andina. Don Lauro fue presidente de la comunidad hace ya varios años y recuerda lo duro de aquellas épocas en que Sendero Luminoso asolaba todo a su paso, con desmedida violencia. Una de las formas de evitar el saqueo senderista fue mediante el reparto de bienes y ganado entre los comuneros, rememora. Por otro lado, apunta que en la actualidad los jóvenes no son tan apegados al trabajo comunal como en sus tiempos. “Son muy ociosos”, dice. “A mis 73 años ya no voy a la faena; me dedico a otras actividades, a mi chacra, mi ganado, a elaborar quesos”. Miraflores es una tierra de ancianos sabios.
MIRAFLORES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Robigildo Taipe tiene 39 años, es músico, soldador e investigador local del distrito de Miraflores. Acaba de llegar de la jornada agrícola en la que participan además otros treinta comuneros. El año pasado, recuerda, el Proyecto de Adaptación basada en Ecosistemas (EbA Montaña) convocó a la comunidad a unirse para hacerle frente al cambio climático. Y es que en esta zona “ya sentimos que el clima no es igual; tampoco realizamos de la misma manera las actividades a las que nos abocábamos antes”. En Miraflores el sol quema más, las lluvias son implacables y es muy común que la helada arrecie.
“¿Qué podemos hacer en la comunidad para adaptarnos a estos cambios?”. Robigildo se hace esa pregunta en voz alta, con preocupación pero entusiasmado frente a los nuevos proyectos. Luego nos cuenta de las reuniones en la asamblea comunal: “Tomamos decisiones en torno a nuestros pastos y el agua; en particular acerca de cómo mejorar nuestros canales. Estamos cercando 6 lagunas construidas por nuestros ancestros los Yauyos, ubicadas en el sector de Yanacancha, para transportar el agua con tubos hacia los abrevaderos de nuestros animales”.
El manejo de los pastos naturales y de la ganadería doméstica desarrollada en el distrito es otro punto que Robigildo considera capital para su comunidad. “Básicamente criamos vacunos, camélidos sudamericanos, ovinos y caballos”. Sin embargo, recuerda que cuando realizó trabajos de guardaparque colaboró en un censo de vicuñas para el Ministerio de Agricultura. “El manejo de esta especie en Miraflores es incipiente porque las características del terreno –rocoso e inestable– dificultan la existencia de humedales y bofedales”.
RIQUEZA AGRÍCOLA
Miraflores es un poblado de aproximadamente 150 habitantes. Su agricultura es para el autoconsumo y produce cultivos como la papa, la oca, la mashua, el olluco, las habas y la cebada. El tiempo parece no haber pasado por Miraflores. Aún se conservan viejas tradiciones como el trueque, que se lleva a cabo con comunidades vecinas como Tanta, por ejemplo. “Nosotros les brindamos nuestros productos agrícolas y ellos traen artesanía y carne. Desde la costa llega básicamente fruta”, cuenta Robigildo. Sus técnicas de labranza, de igual manera, permanecen intactas: utilizan herramientas como la chaquitaclla, el pico y la lampa –elaborados de madera de colle y lloque¬– para trabajar el accidentado terreno conformado por andenes de origen prehispánico. El sistema que utilizan los comuneros de esta zona para su trabajo agrícola es denominado “aisha” y se basa en el riego por agua de lluvia. “Primero realizamos el barbecho o volteado del terreno en el mes de febrero. Dejamos que la tierra junto con la hierba y otros residuos vegetales se pudran generando su propio abono”, explica. “Posteriormente procedemos a deshierbar para dar paso al cultivo y finalmente la cosecha que se da en el mes de mayo. Es triste constatar que la gente de nuestra edad decide irse a buscar otras formas de ganarse la vida. Actualmente somos solo quince comuneros jóvenes quienes optamos por quedarnos y trabajar para el desarrollo de Miraflores”.
Priscilio Ruiz Abarca, otro investigador local del distrito, detalla la obra que vienen realizando gracias al proyecto EbA Montaña. Los comuneros de Miraflores trabajan de la mano con el equipo de profesionales del Instituto de Montaña, la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas, a través del SERNANP, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se vienen implementando “de tres a cinco kilómetros de tubería desde la laguna Yanacancha hasta el pueblo antiguo de Huaquis, con la idea de facilitar abrevaderos para el ganado”. El agua transportada por la tubería servirá para proveer de agua a dos abrevaderos y así promoverá una mejor distribución del ganado. “También instalaremos un cerco que permitirá la sectorización de 80 hectáreas y luego podremos recuperar nuestros pastos a través de la recalendarización del ciclo de rotación”, añade. Priscilo complementa la información que hace un rato nos había brindado Robigildo: los comuneros activos son cerca de cuarenta. La edad límite para el trabajo de campo es de 60 años, al llegar a ésta uno pasa a ser “comunero pasivo”.
Miraflores posee una flora maravillosa, nos dice orgulloso Robigildo Taipe, quien además de ser investigador local del proyecto EbA Montaña es también candidato a la presidencia de la comunidad campesina de su distrito. “Ésta es una farmacia natural. Las plantas medicinales aquí abundan. La huamampinta o chachi, el diente de león o achicoria, el matico, la muña, el cedrón, el malco, la huamanrripa, la soldasolda y la ortiga, son especies que mi abuela curandera me enseñó a utilizar”. Robigildo hace hincapié en la necesidad de reforestar los suelos miraflorinos con quinuales y colles, pues aportan humedad y enriquecen la tierra. La adaptación al cambio climático y a las contingencias que trae consigo está encaminada en esta región de cerros majestuosos, tecnología actual e infraestructura milenaria.
PROYECTO EBA MONTAÑA
El Programa de Adaptación basada en Ecosistemas (EbA) de Montaña es una iniciativa colaborativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) -a través de su socio ejecutor en el Perú, el Instituto de Montaña (IM)- y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), financiada por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Obras Públicas y Seguridad Nuclear del Gobierno Alemán (BMUB). En Perú, el programa se ejecuta por encargo del Ministerio del Ambiente del Perú (MINAM) y es implementado en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas (RPNYC), con apoyo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP).

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