lunes, 10 de marzo de 2014

“Dicen que el país mejora pero matan nuestras costumbres”

Antonia Segura, Arriera de llamas, artesana y protectora del Qhapaq Ñan en Tanta, Yauyos.
Milagros Berríos (La República)
¿Primera vez que vienes a la capital?
No... sí... no. Tengo tíos acá, pero no he venido antes.
¿Y qué te parece?
Está bien. Dicen que hace calor, pero no siento nada de eso...
¡¿No sientes calor?!
No, nada. Estoy normal
¿Y te gustaría volver?
Sí, puede ser, pero como quien da una paseo, nomás.
¿Qué no te gusta de esta ciudad?
Lima está bien, pero no me gustan los carros, el tráfico y el aire que también está contaminado. No es como allá, en Tanta (provincia limeña de Yauyos), donde el agua es pura. Acá, en Lima, está fea y no tiene gusto.
Eres una gran caminante...
Sí, soy arriera de llamas. Me gustó desde niña, desde los 14 años. Mis padres también fueron arrieros de llama, también mi abuela.
¿Qué hace un arriero de Tanta?
Por ejemplo, llevamos las llamas a Miraflores (distrito de Yauyos) y hacemos trueques. Con nuestras llamas, trasladamos cargas de papas y nos pagan con uno de los costales...
Haces viajes largos, ¿cuánto te demoras de un punto a otro?
A ver, por ejemplo, de Tanta a Miraflores me demoro ocho horas...
¿Ocho horas caminando?
Sí, caminando con la llama
¿Y no te cansas?
No..., no me canso.
¿Cómo logras eso?
Es una costumbre, es fácil caminar por una zona altoandina.
¿Es fácil arrear a más de 4.300 metros sobre el nivel del mar?
Es que debes tener costumbre. No se puede arrear una llama así nomás.
¿Cuántos realizan aún esta labor?
La carretera ha malogrado a Tanta. La gente hoy en día va a la tienda, ya no se preocupa por ir a sembrar o arrear. Conozco pueblos donde ya se está perdiendo la costumbre, no hay cosecha porque están entrando los carros y ya traen maíz, cebada...
Entonces...
Ya no es como antes, cuando tenía 15 años. Ahí todos sembraban, llevaban carne. Ahora ya no.
Pero, ¿no te parece un avance?
Claro, pero también se están 'muriendo' las costumbres ancestrales
¿Crees que van a desaparecer?
Sí, van a desaparecer. Dicen que a diario está mejorando el Perú, pero están matando las costumbres del pueblo, las costumbres ancestrales.
¿Qué haces para que no mueran?
Siempre le digo a mi familia: "Hay que seguir andando con nuestras llamas, como nos han enseñado nuestros abuelos". A mí me encanta caminar con las llamas... Aunque, tal vez algún día ya no las tendré...
¿Y qué harás?
¡Qué será de mí! No me acostumbro a viajar en carro, me da vergüenza comprar un kilo de papa en la tienda.
¿Por qué ese gusto por arrear?
Para mí es un orgullo. Cuando voy a otros pueblos, las llamas son admiradas... son los héroes del pueblo.
¿Cómo controlas a tus llamas?
Se silba, se grita para que caminen y avancen. Debes saber dominarlas porque perder una llama es perder 300 soles. Una llama es un lujo...
¿Te entienden?
Claro, solo les falta hablar.
Alguna vez dijiste que hay llamas que no obedecen a las mujeres
Claro, el animal conoce a su dueño. El año pasado un abigeo me había  'alzado' mi caballo, pero luego mi animalito lo pateó. No se deja agarrar.
¿Cómo te preparas para tus viajes?
Antes del viaje, voy a la tumba de mi papito y le pongo velas para que me vaya bien. Y se cumple.
¿La labor del arriero de llamas es solitaria? ¿Hablan con la naturaleza?
Sí... Bueno, conocemos algunas historias, nuestros antepasados nos han contado. Incluso, ahora último el cerro Pariacaca se ha vuelto malo.
¿Por qué?
A doce chicas les ha querido engañar. Creo que el cerro está vivo, está hombre...
¿Cómo que engañar?
Las chicas de 15 años fueron al cerro y se burlaron de una cabeza de vaca, que es sagrada. La sacaron de la cueva, le metieron pajitas por el ojo, jugaron y luego se enfermaron... casi se mueren.
Conoces muy bien tu lugar y, además, mantienes vivo y cuidas el Qhapaq Ñan (camino inca).
Así es. Caminé por ahí desde muy chiquita. Mis abuelos me decían que el camino es sagrado y  que por ahí pasó el inca Pachacútec.
Por eso te han premiado...
Es la primera vez que me entregan un premio por lo que hago. Soy la única arriera de Tanta.
¿Qué harás cuando el cuerpo ya no dé para esos viajes largos?
Seguiré con la artesanía. Creo que ahí también hay dinero.
... Y promoverás la cultura
Sí, aunque seguro ya no habrá para viajar en llamas y tendré que llevar mi artesanía en carro.
La ficha
Nací en la comunidad campesina de Tanta (Yauyos, Lima) hace 28 años. Soy la única mujer tanteña que se dedica al arrieraje de llamas, un sistema tradicional que está pasando al olvido. Tengo 20 llamas y a diario me levanto a las 4:00 a.m. para pastearlas. También fomento el cuidado del Qhapaq Ñan, por eso el Ministerio de Cultura me acaba de distinguir como "personalidad meritoria de la cultura".

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