Los que visitan la Reserva Paisajística Nor
Yauyos Cochas salen muditos. Ya sea porque no pueden explicar en palabras las
maravillas vividas o porque no saben por dónde empezar a “soltar” todo lo
vivido.
Este lugar pareciera tenerlo todo: historia,
pues en su interior es posible apreciar vestigios del maravilloso camino inca,
fuera de los 40 sitios arqueológicos que demuestran una ocupación plena e
ininterrumpida de su territorio; naturaleza, expresada en sus maravillosas
lagunas, riachuelos, punas, flora y fauna y misticismo, al tener al Pariacaca,
gran deidad en tiempos prehispánicos, como nevado tutelar.
Y por si esto fuera poco, también marca la
diferencia al estar habitada por algunas comunidades campesinas, cuya sabiduría
les permite convivir de manera sostenible y amigable con todo lo que la
naturaleza ha puesto en ese lugar.
Ubicada entre los departamentos de Lima y Junín,
la reserva conserva en su interior un conjunto paisajístico de gran
singularidad que es gestionado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado (SERNANP), organismo técnico especializado adscrito al
Ministerio del Ambiente.
Poblaciones
Locales
Las poblaciones locales ancestralmente lo han
considerado su dios tutelar, le rinden culto realizando ceremonias de pago a la
Pachamama, que son una riqueza más de la reserva.
Abarca vertientes montañosas empinadas y
escarpadas, importantes sistemas de lagunas, así como una gran cantidad de
manantiales, que no se han visto “contaminadas” con especies exóticas: en su
interior mandan como reyes bagres, chalguas y ranas.
Además de bellas y prístinas, son un bálsamo
para los ojos cansados de los hombres y mujeres que vienen de la ciudad.
El paisaje está poblado de queñuales, bosques de
colle, de Llocque, de Karkac y de su puyas Raimondi, las cuales albergan
importante biodiversidad asociada.
Reportaje del Diario Oficial El
Peruano
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