Ante el cambio climático, en
las punas de Lima y Junín se trabaja un proyecto para cuidar las vicuñas, el
agua y los pastos, aumentando así la resistencia de sus poblaciones ante el
nuevo escenario mundial.
Maritza Asencios masencios@editoraperu.com.pe
Solo los valientes viven a
4,300 metros sobre el nivel del mar. A esa altitud, la agricultura es
imposible. Pero la comunidad campesina de Tanta, en la provincia de Yauyos –la
puna limeña– demuestra que sí es posible surgir.
Atrás quedaron los días cuando,
olvidada por el Estado, era ruta de escape para los senderistas. El Perú cambió
y también este pueblo cercano al cielo: hoy tiene una moderna posta, con
médicos ‘serumistas’ y una ambulancia. Sus 300 habitantes dependen de la
ganadería ovina, alpaquera y, ahora, la vicuñera.
Aumento de vicuñas
Siempre hubo vicuñas en Tanta,
pero ahora la comunidad le destina zonas exclusivas. Las crían separadas del
ganado doméstico para que no contraigan enfermedades parasitarias de difícil
tratamiento. Esto ha permitido que aumenten y superen el medio millar.
La venta de su fibra
beneficiará a la comunidad. Por eso, piden apoyo para enfrentar las
enfermedades que aquejan a algunos ejemplares.
“Por decisión de los comuneros,
destinamos la zona de Moyobamba estrictamente para vicuñas: 2,000 hectáreas
para su manejo sostenible. A los ovinos y las alpacas los llevamos a otro
sitio”, cuenta el presidente de esta comunidad campesina, Desiderio Mendoza.
Recuerda que el friaje los afecta de julio a setiembre, y por ello requieren
cobertizos para los animales y comuneros.
Aprovechar la naturaleza
En Tanta, esta iniciativa, que
incluye zonas especiales para las vicuñas, forma parte del proyecto de
Adaptación Basada en Ecosistemas (EBA, por sus siglas en inglés) Montaña, del
Ministerio del Ambiente (Minam), el cual busca aumentar la resistencia de las
poblaciones al cambio climático.
“EBA busca aprovechar los
servicios de la naturaleza para utilizarlos, restaurarlos y manejarlos mejor,
como parte de una estrategia orientada a que las poblaciones puedan adaptarse a
los efectos del cambio climático”, explica Edith Fernández, coordinadora
nacional de EBA Montaña.
El proyecto forma parte de un
programa internacional que se realiza en Uganda y Nepal. En el Perú se ha
seleccionado la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas (RPNYC), ubicada entre
Lima y Junín, por sus factores ambientales, sociales y políticos.
Se ejecuta por encargo del
Minam y se implementa con apoyo del Servicio Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado (Sernanp). Comprende los manejos de vicuñas para
extracción de fibra animal; el de las praderas naturales (incluyendo el
ordenamiento ganadero) y el de recursos hídricos con rehabilitación de
infraestructura hídrica ancestral y restauración de humedales y pastizales.
Conservar para crecer
“Queremos conservar los
servicios de la naturaleza para los medios de vida de las personas, como son el
agua o los pastos que se usan para el ganado, y que, a su vez, se venderán o
servirán para la alimentación”, detalla Fernández.
El EBA Montaña tiene como
objetivo fortalecer las capacidades de las personas y gobiernos locales,
regionales y nacionales para adaptarse mejor al cambio climático. Con este
propósito, en Tanta deben adoptarse diversas medidas, como la formalización de
la asociación de vicuñeros y el manejo de las enfermedades parasitarias que
pueden causar la muerte de los animales.
“La comunidad de Tanta está
interesada y comprometida”, asegura Fernández.
Por eso se espera que la región
Lima y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) les dé fecha
y permiso para el manejo sanitario de las vicuñas, un trámite que no es tan
complejo como la esquila. Ya una comunidad de Pasco le ha ofrecido a la de
Tanta prestarles equipos y la fecha probable para este “chaccu sanitario” sería
en setiembre.
Pastos de Chancayllo y Miraflores
El Instituto de Montaña (IM)
trabaja desde abril de 2013 en las comunidades de Chancayllo y Miraflores, que
forman parte de la RPNYC. Las eligieron por sus ecosistemas representativos y
por ser zonas débiles para el trabajo del Sernanp.
En Chancayllo existía mal
manejo del agua y los pastos. Se hizo un diagnóstico rural participativo y se
diseñó una medida de intervención. Hoy construyen un dique para almacenarla en
invierno y rehabilitan un canal de tres kilómetros para llevarla desde la
laguna Chacara a las 800 hectáreas de pastos de la comunidad.
Miraflores, por su parte, es
zona de ganado vacuno, ovino y camélidos.
Ahí amplían cercos para pastos
naturales y la protección de fuentes de agua; reparan un canal que también es
abrevadero para el ganado y tienen un plan de manejo de pastos.
Proyecto EbA Montaña es auspiciado por
PNUMA, UICN y el PNUD. Lo financia el ministerio alemán de Medio Ambiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario