Por: Eucadio
Gutiérrez Solano - Profesor/Periodista. Esto es uno de los
misterios y arte del Perú profundo, la mezcla de 2 razas, de dos culturas, de
dos cosmogonías.
El Perú de todas las sangres como decía José María Arguedas es fácil de
encontrar en algún lugar del suelo patrio. La primera semana del presente mes
estuvimos en los distritos de Chavín y Azángaro. Asistimos al pueblo de
Azángaro enclavado entre los ríos Pacha y Supaymayo, escoltados, desde lejos,
por la misteriosa cumbre de Llongote, y de cerca por Huamanriccra y Huarasaja,
lugares por donde recorre un río subterráneo, cuyas señales son evidentes.
La fiesta patronal de la Ascensión del Señor de Cachuy (no Señor de la
Ascensión), nos condujo a dicho lugar, tierra de valientes luchadores, de
gente culta y amable, de bellas mujeres, en la sostuvimos una conferencia y
aportamos con el proyecto “I Fórum Distrital Azángaro y Anexos al año
2030”.
Destacamos, en primer lugar la participación de los Negritos de
Sarapampa, perteneciente al distrito de Madeán, provincia de Yauyos. Quizás el
pueblo de Madeán sea uno de los pocos lugares del Perú, donde se cultiva
el arte negro en gran magnitud, pues este distrito, situado en más de 3 mil 500
metros de altura, cuenta con más de 30 grupos artísticos, que fundamentalmente
usan 2 instrumentos básicos el “pincullo” y la “tinya”, vestimentas y máscaras
donde se vislumbra las 2 razas: la nativa y la negra. Los negritos danzan
emulando a los negros, con tijeras en la mano, y al compás del pinculo,
instrumento parecido a la quena y la tinya (tambor).
Los negritos de Sarapampa que llegaron a Azángaro recorriendo unos 20 Km
de distancia estaban integrados por Rómulo Alvarado Saldaña (Malero); Sabel
Perales Goycochea (Caporal); Rufino Chávez Sacsa y Yony Clemente Ordóñez como
negritos.
Los diversos grupos
de negritos danzan en un evento distrital que se lleva a efecto en Madeán,
es la Fiesta de las cruces y fiesta patronal que se celebra en la segunda
semana de junio.
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