Estudio de la ANA expone preocupante realidad. La Sunass revela
que 89 empresas de saneamiento no tratan sus aguas residuales
El Comercio.- Un estudio
efectuado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en 129 de las 159 cuencas
hídricas del país permitió conocer que todos los ríos analizados están
contaminados, en diversos sectores, con coliformes termotolerantes (fecales) y
metales pesados. La alteración de la calidad del agua destinada para el consumo
humano y para actividades agrícolas e industriales se debe principalmente al
vertimiento de aguas residuales y residuos sólidos de las poblaciones asentadas
cerca de los cauces.
“La presencia de coliformes es
constante. En el caso de los metales, se da por la condición del suelo y, en
algunos casos, por la contaminación de la actividad minera o de hidrocarburos”,
dijo Paola Chinen Guima, responsable del Área de Gestión Operativa de la
Calidad de los Recursos Hídricos de la ANA.
De acuerdo con el documento,
los principales ríos contaminados son el Chumbao, Chincheros y Santos Tomás
(Apurímac), Ragra (Pasco), Lurín, Mala y Cañete
(Yauyos - Lima), Santa (Áncash), Chira (Piura), Virú (La Libertad), Nanay e Itaya
(Loreto), Huallaga (San Martín) y Tumbes. Todos presentan altos niveles de
coliformes.
En tanto, las muestras
extraídas en las cuencas hídricas del San Juan (Pasco), Pisco (Ica), Huancané,
Coata, Crucero Azángaro y Ayaviri-Pucará (Puno), Madre de Dios (Cusco, Puno y
Madre de Dios), Tahuamanu y Acre (Madre de Dios), Rímac y Chillón (Lima), Moche
y Virú (La Libertad), Chili-Vítor (Arequipa) arrojaron la presencia de cobre,
plomo, zinc, aluminio, hierro, manganeso, arsénico, níquel y cadmio.
Respecto de los depósitos
naturales de agua, el lago Titicaca (Puno) es el más contaminado, seguido de la
laguna Patarcocha (Pasco) y del lago Chinchaycocha (Junín y Pasco). En los dos
primeros se hallaron coliformes, mientras que en el otro cobre, plomo y zinc.
En este contexto, el
especialista en salud ambiental Miguel Ruiz expresó que se debe evitar consumir
esta agua, debido a que los coliformes afectan el aparato tracto digestivo y la
piel.
“Hay casos de fuentes de agua,
como las represas, contaminadas con amebas. Estas producen la amebiosis,
enfermedad que puede ser mortal si no se llega a curar a tiempo”, explicó.
Intervención
Ante la problemática, la ANA ha planteado desarrollar la estrategia nacional
para el mejoramiento de la calidad de los recursos hídricos.
“Esta propuesta forma parte de
la Política y Estrategia Nacional de los Recursos Hídricos aprobada en mayo del
2015. Se busca principalmente reducir progresivamente la carga de contaminante
mediante la gestión, manejo y tratamiento adecuado de las aguas residuales en
el ámbito de las cuencas hidrográficas”, añade Paola Chinen.
Considera también la
remediación y recuperación de las zonas afectadas por pasivos ambientales
mineros, hidrocarburíferos y agrícolas.
No obstante, la tarea es
compleja, ya que la contaminación continúa. De acuerdo con el “Diagnóstico de
las plantas de tratamiento de aguas residuales”, elaborado recientemente por la
Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), de las 253
localidades del ámbito de las entidades prestadoras de servicios de saneamiento
(EPS), 89 no cuentan con tratamiento de aguas residuales. En el 2013, los
desagües –unos 298.000 metros cúbicos por día– de estas ciudades se arrojaron
directamente al mar, a los ríos, pampas o drenes. Durante la evaluación de
campo, la Sunass identificó 204 plantas de tratamiento de aguas residuales
(PTAR) en el país, de las cuales 172 se encuentran construidas, 19 están en
proceso de construcción y 13 con construcción paralizada por más de un año.
Para el científico peruano
Marino Morikawa, doctor con rango de PhD en el área ambiental, las PTAR de
nuestro país, no obstante, no cumplen su rol.
“Solo depositan el agua
residual, realizan la separación de los residuos sólidos y lo pasan por un
sistema de filtrado. Luego la drenan al mar. La contaminación solo se reduce en
un 5%. En países como Japón y Corea esta alcanza más del 80% con menores o
similares cantidades de inversión hechas en el Perú”, sostiene.
Morikawa, quien logró recuperar
el humedal de Chancay y se encuentra preparado junto a su equipo de trabajo de
NANO+7 para descontaminar el lago Titicaca y la laguna de la Huacachina,
propone aplicar la nanotecnología, que permite eliminar las bacterias empleando
burbujas nanométricas. “En el Perú no han querido utilizar una tecnología
adecuada porque piensan que se gasta mucha energía, y apuestan por una
alternativa primitiva como las lagunas de oxidación”, indicó.
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