Por: Diego
Ulises Chulluncuy Soto (Andares).- La negrería es una danza tradicional, que a pesar de
no existir antecedes de una sociedad negra asentada en los pueblos de la
provincia de Yauyos, se tuvo contacto con los pueblos de Cañete, Chincha, Ica,
Huancayo y Huánuco. Lugares donde el poblador Yauyino iba temporalmente por
trabajo a las haciendas y minas. Su estadía lo hizo testigo de la vida del
sufrido esclavo negro durante la etapa de aculturación religiosa que el español
impuso para evangelizar a indios y negros.
Nos dice
Huamán Poma de Ayala: “Los negros de guinea bozales, humildes y cristianísimos
y bien casados una vez, aman la fe de Jesucristo, son buenos y fieles… y sirven
y obedecen a sus amos… resultando excelente esclavos”.
Por ende, la
negrería representa la personalidad y la sufrida vida del “extraño negro”. Se
baila principalmente durante las celebraciones de navidad, año nuevo, bajada de
reyes, en honor a un santo patrón o fiestas de las cruces por lo que son
consideradas danzas religiosas; su relación estrecha con el cristianismo revela
la extrema devoción cristiana del negro.
Las zonas de
Yauyos tiene variados tipos de negrerías, cada una cuenta con
peculiaridades y características propias que expresan el sincretismo cultural
de dos razas explotadas y maltratadas, es una fiesta que muestra un proceso de
satirización de la presencia y vivencia de los esclavos negros. La comunidad
negra imaginada expresa alegría en todo momento, por ello siempre están prestos
a las bromas, se proyectan con entusiasmo se ven elegantes al vestir y bailar.
Así son nuestros negritos de Yauyos.
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